Saturday 18 May 2013

Las grietas del chavismo: nadie respeta a Maduro


Maduro no es muy respetado por los chavistas. Eso se ve en esas llamadas asambleas populares donde le salen militantes respondones, como ocurrió en Los Teques y en Barinas, y que hacen que Maduro pierda la compostura y mande a callar a los críticos (e incluso los insulta con un mal chiste sobre "cabeza pelada"). También se nota que es un líder postizo en la forma como funciona su gobierno. Por un lado, Rodríguez Torres trata de hacer algo contra el crimen y la anarquía anómica que están carcomiendo a la sociedad venezolana. Por otro lado, Jaua y los resentidos radicales, mandan a unos pobres manipulados a invadir un edificio en construcción en el municipio El Hatillo (acompañados por sus respectivos malandrines motorizados), para alborotar el avispero en el Estado Miranda. 

Las contradicciones también salen a flote con los recientes movimientos económicos de Maduro y algunos de sus ministros, como Merentes, el "moderado" del equipo. Se ve cláramente que el gobierno se mueve hacia el centro, dejando a un lado, al menos por ahora, la locura de la "economía socialista" para tratar de recuperar la producción nacional en manos de las empresas privadas. Prometen que soltarán los dólares (de dónde saldrán?), ya anuncian una nueva subasta del SICAD (otra devaluación?), y comienzan a "ajustar" precios (el aumento de salario ya se esfumó). A los radicales del chavismo no les gusta este viraje de Maduro. Le recuerdan que Chávez fue un duro crítico de Mendoza y de Empresas Polar, y que los precios de algunos rubros se han disparado, mostrando la estafa que ha sido el sistema productivo socialista, resultado de las confiscaciones y nacionalizaciones. 

Maduro está metido en la trampa que Chávez le dejó. Para sobrevivir políticamente tiene que renegar de la herencia de su "padre". Y al renegar del legado del "Comandante Supremo" generará descontendo entre los puristas, los radicales, quienes lo acusarán de revisionismo, de traición a los ideales postulados por Chávez. Maduro, a quien nadie respeta, se irá ganando enemigos en su propio campo. El número de opositores seguirá creciendo. Las grietas en el chavismo cada vez serán más grandes. Todo tiene su final, cantaría Héctor Lavoe.

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